La heladería del parque de Doña Casilda.
La felicidad se sirve en tarrina, cucurucho o copa.
Decir Tximeleta es decir el quiosco del parque. Nunca es un mal momento para tomar helado, sobre todo si son artesanos y tienen tanta variedad de sabores como ellos. Nuestra recomendación: pruébalos todos.
La tradición heladera les viene de lejos, actualmente es la tercera generación de la familia la que está a cargo del comercio. Y ¿por qué lo hacen? Porque no hay nada como ver las sonrisas de la gente cuando les sirven sus helados. Felicidad pura.
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